Una joven horneó y compartió galletas con al menos 9 de sus compañeros del colegio, los que quedaron impactados al darse cuenta que utilizó las cenizas de su abuelo.
El horrible hecho ocurrió en California, donde las autoridades debaten qué tipo de pena o castigo le imponen a la joven y otra compañera que le ayudó en la horneada, pues comer restos humanos después de cremados no es algo que esté tipificado en la ley.
Uno de los jóvenes que comió de las galletas, y que no sabía de la travesura, dijo que la chica le ofreció una galleta y solo le dijo que tenía un ingrediente especial, que él pensó que era marihuana: “No lo creí hasta que ella me mostró la urna con los restos”, dijo el joven, asqueado.
Ese mismo joven dijo que el sabor de la galleta era normal, solo que se sentía más arenosa de lo normal.