El actor Gerard Butler puso su cuerpo al límite, al acudir al tratamiento con veneno de abeja, una terapia que se usa desde la antigüedad y a la que muchas celebridades rinden culto, pues aseguran que, la apiterapia es el secreto de la belleza.
El último en caer ha sido Gerard Butler, quien ha descubierto que a veces puede ser más peligroso que útil, pues ya le ha llevado dos veces a urgencias.
El actor explicó en una entrevista que había decidido probar este tratamiento para curar una distensión muscular que se había hecho tras 12 horas de acrobacias en el set de una nueva película.
En 2017, el actor estrenó la película de acción y ciencia ficción Geostorm. Dirigida por Dean Devlin, el filme se ambienta en un mundo en el que una red de satélites controla el clima. Cuando esta empieza a fallar, los encargados de solucionar el problema descubren que hay una conspiración para acabar con la vida del presidente gringo.
Como viene siendo habitual en la filmografía de Butler, la acción está presente y eso supone que el actor tenga que llevar a cabo escenas muy físicas. Para mitigar los dolores y el cansancio tras 12 horas de trabajo, el intérprete recurrió al veneno de 23 abejas.
«Había oído hablar de este tío que inyecta veneno de abejas porque, aparentemente, tiene muchos beneficios antiinflamatorios. Así que digo: ‘Venga, vente a Nueva Orleans que estamos rodando’. Me da un pinchazo y digo: ‘Vaya, es interesante porque pica», recordó Butler en ITV en 2017.