La NASA ha puesto en órbita un satélite climático con el objetivo de monitorear las precipitaciones desde el Ártico hasta la Antártida midiendo cada precipitación de agua y nieve en la Tierra.
El así llamado Observatorio de Medición de la Precipitación Global o GPM (por sus siglas en inglés), concebido por la la NASA y la JAXA (la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón), fue lanzado con éxito este jueves desde el Centro Espacial Tanegashima en Japón, informa ‘National Journal’.
GPM pretende monitorear toda la precipitación en la Tierra con mediciones en tiempo real cada tres horas. Según los científicos, saber cómo, cuándo y dónde está lloviendo o nevando «es extremamente importante para la comprensión de fenómenos como tormentas de nieve, sequía en California o las lluvias de monzón en Asia».
«El tipo de datos que obtendremos de la red del GPM no tiene precedentes», reportó Gail Skofronick-Jackson, científico del proyecto GPM. «Podremos observar características detalladas de los sistemas de lluvia y nieve que son extremadamente importantes para mejorar las predicciones meteorológicas y climáticas».
La información obtenida mediante el GPM y los satélites, que están conectados en red, estará pronto disponible en todos los puntos de la Tierra. Si funciona como se espera, ofrecerá un monitoreo más preciso del clima durante las catástrofes y un mejor pronóstico de los fenómenos futuros.
A largo plazo, esa información también ayudará a observar cómo el cambio climático está afectando al agua dulce, el recurso más preciado del planeta.