El periodista, abogado, poeta, escritor, historiador y ex militar, Roberto Francisco Sánchez Ramírez, perdió su batalla por la vida, a sus 76 años de edad, después de haber sobrevivido años atrás, a cuatro by pass, una operación de corazón abierto y a una intervención quirúrgica en la quinta vértebra lumbar.
El excelente escritor de la obra “Managua en la memoria”, y de muchos libros más, expiró este sábado 19 de noviembre, y su vela se estará realizando en Funeraria Sierras de Paz a partir de las 10 de la mañana de este domingo y su funeral será el día lunes.
Roberto Sánchez nació en Masatepe, Masaya. Vino a Managua siendo un niño y una de sus primeras paradas fue el Instituto Nacional “Ramírez Goyena”, donde conoció a Carlos Fonseca Amador, quien le marcó la vida y le ayudó a cultivar el hábito de la lectura.
Su primer poema lo escribió en 1954, y después de múltiples colaboraciones con La Prensa Literaria, la dirección de ese diario lo contrató como corresponsal viajero.
Como reportero fue protagonista de sus historias, tal es el caso de la ocasión cuando puso la bandera de Nicaragua en el cayo Quitasueño, en octubre de 1972, mientras estaba integrado a una célula revolucionaria del Frente Sandinista.
Luego del triunfo de la Revolución Sandinista, Roberto Sánchez trabajó en el Diario Barricada. En la década de la guerra de agresión fue jefe de relaciones públicas del Ejército Popular Sandinista, con el grado de Mayor, y después laboró con el presidente Daniel Ortega.
En 1990, después del cambio de gobierno, se compró un par de botas de hule y regresó a su natal Masatepe, en donde durante muchos años se dedicó a cultivar y vender plantas frutales, ornamentales y a hacer jardines.
Después del año 2005 su estado de salud se complicó y fue desahuciado, por lo que fue sometido a varias intervenciones quirúrgicas.
En los últimos años, el periodista Roberto Sánchez Ramírez fue asesor, en asuntos históricos y culturales, del presidente del Parlamento, René Núñez, y desde allí dejó al Poder Legislativo impregnado de nuestra historia.
Entre los reconocimientos que recibió están: Hijo Dilecto de la Ciudad de Managua, y la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío otorgada por la Presidencia de la República.
Fue miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, de la Academia de Historia de Guatemala y del Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica.
La labor de Roberto no se limitó a escribir; también contribuyó a recuperar la música, el canto y la danza relacionada con Managua, expresada en la Serenata a Managua, presentada el 5 de febrero de 2008, en el Teatro Nacional Rubén Darío.