Estudios científicos demuestran relación directa entre actividad físicay rendimiento escolar en niños

Niños que se mueven más sacan mejores calificaciones

¿Le gustaría saber cómo mejorar el rendimiento de sus hijos en el año escolar? Para ello quizás no sea necesario recurrir solamente a apoyo extra clases o rezarle a su santo para ayuda, sino que podría estar más relacionado con cuidar cuánto se están moviendo.

Niños que se mueven más sacan mejores calificaciones

Estudios han demostrado que entre más activos estén los niños, y menor tiempo pasen sentados, rinden mejor en los estudios y sus calificaciones son más altas.

Un estudio realizado por la Universidad de Vrije en Amsterdam, Holanda demuestra que la actividad física influye directamente en el rendimiento académico de los niños, pues incrementa sus habilidades en lectura, ortografía y matemáticas.

Amika Singh, una de las autoras de la investigación, afirma que el vínculo entre la actividad física y el rendimiento escolar obedece a que el ejercicio produce un incremento en el flujo de sangre y oxígeno que llega al cerebro, nutriendo y fortaleciendo este órgano.

El deportólogo José Reinhart afirma: «La actividad física en la infancia mejora la fortaleza y resistencia, contribuye a la formación de huesos y músculos saludables, previene el aumento del Índice de Masa Corporal, reduce la ansiedad y el estrés, aumenta la autoestima y puede mejorar la presión arterial y los niveles de colesterol”.

De acuerdo con el especialista, la recomendación adoptada por la OMS es que los niños sanos de 5 a 17 años realicen un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física. De este tiempo, su mayor parte debe estar dirigida a actividad física aeróbica como caminar, correr o andar en bicicleta. Además, aconseja incorporar la actividad física de fortalecimiento óseo y muscular, como mínimo 3 veces a la semana.

¡Juegue!

José Reinhart, aconseja incentivar el juego desde temprana edad porque desempeña un papel fundamental en el desarrollo neuromotor. Esto significa que permite el surgimiento de reflejos que automatizan los movimientos, lo que favorecerá a futuro el desempeño deportivo competitivo o recreativo. Además, el juego ayuda a los niños a socializar, comunicarse y aprender a compartir.

Niños más obedientes

La investigación holandesa además concluye que la actividad física en los menores permite que aprendan a obedecer reglas, lo que significa que están más disciplinados y capaces de concentrarse mejor durante el estudio.

Asimismo, el estudio contempló variables más allá de las calificaciones, evidenciando que al moverse, un niño mejora su estado de ánimo, lo que aumenta las probabilidades de mantener una buena conducta y relación con sus maestros y compañeros.

Ahora que ya tiene el conocimiento póngalo en práctica y disfrute porque en esta nueva aventura usted y su hijo obtendrán únicamente resultados positivos.

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