Un equipo de científicos ha demostrado que la grasa se acumula en las vías respiratorias, mayormente en personas con sobrepeso u obesidad.
Ya era de conocimiento de muchos que las personas con altos índices de masa corporal tienen un mayor riesgo de sufrir sibilancias (ruidos al respirar) y asma, pero hasta ahora se desconocían las causas. El tejido graso altera la estructura de las vías respiratorias, y esto podría ser una de las razones del incremento del riesgo de padecer asma.
Los resultados han revelado que el tejido adiposo se acumula en las vías respiratorias, y que la cantidad de grasa presente se incrementa de forma correlacional al aumento del índice de masa corporal.
Esto causa un engrosamiento de las vías respiratorias que limita el flujo de aire dentro y fuera de los pulmones, y eso podría explicar al menos en parte el aumento de los síntomas asmáticos.
Los investigadores buscan nuevas formas de estudiar y medir el tejido adiposo en los pulmones, para de esa forma confirmar la relación con la enfermedad respiratoria, así como para determinar si el efecto puede revertirse con la terapia de pérdida de peso.