Dormir de día acelera nuestro ocaso: ¿Aumenta hasta un 30% el riesgo de muerte?

Un estudio reveló más datos sobre los efectos potencialmente negativos de dormir durante el día, sugiriendo que esta práctica podría aumentar el riesgo de muerte prematura, especialmente por enfermedades respiratorias.

¿Dormir de día puede acortar nuestras vidas?
¿Dormir de día puede acortar nuestras vidas?

La investigación, realizada por científicos británicos, abarcó a 16,374 hombres y mujeres en el Reino Unido, de los cuales 3,251 fallecieron en un periodo de 13 años.

El estudio concluye que dormir menos de una hora durante el día incrementa el riesgo de muerte en un 14%, mientras que superar la hora de siesta eleva este riesgo hasta en un 32%.

Esta relación se hizo aún más evidente en las muertes causadas por enfermedades respiratorias. Curiosamente, dormir regularmente durante el día podría causar una inflamación que aumentaría el riesgo de mortalidad.

Sin embargo, los investigadores señalan que la relación entre el hábito de dormir durante el día y la inflamación podría ser compleja y que todavía se necesitan más estudios para comprender completamente esta conexión.

En otro estudio, llevado a cabo en España y publicado en la revista «Obesity», se evaluaron los efectos de las siestas en más de 3,200 adultos, encontrando que aquellos que tomaban siestas regulares de 30 minutos o menos tenían un 21% menos de riesgo de tener presión arterial elevada en comparación con quienes no dormían siesta.

Por otro lado, los que dormían siestas de más de 30 minutos presentaban un mayor riesgo de tener un peso corporal más alto y eran un 41% más propensos a tener hipertensión, niveles altos de azúcar en sangre y un mayor diámetro de cintura.

Este estudio también indicó que ciertas actividades, como acostarse tarde, fumar y tener almuerzos más grandes más tarde en el día, podrían explicar la relación entre las siestas más largas y el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Estos hallazgos destacan la importancia de comprender mejor cómo las siestas diurnas pueden afectar la salud en general y subrayan la necesidad de considerar las prácticas culturales y los estilos de vida al evaluar estos riesgos.

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