Un estudio realizado por la Universidad de Baylor en Houston, demostró que una alimentación balanceada previa y durante el embarazo puede cambiar permanentemente el ADN del bebé, incidiendo en la interpretación de los genes del niño por el resto de su vida.
La investigación evalúo a 168 mujeres embarazadas, divididas entre quienes se alimentaban balanceadamente y quienes por el contrario estaban mal alimentadas. Durante el periodo de pruebas se midieron los niveles de nutrientes de las madres a partir de muestras de sangre, y se analizó el ADN de los bebés entre los dos y los ocho meses después de nacer.
Branwen Henning, jefa del análisis indicó que los resultados hacen hincapié a la necesidad de una dieta balanceada no sólo durante el embarazo, sino para la concepción.
La nutricionista Raquel Tejada comenta: “Alcanzar el equilibrio no es una misión imposible y tampoco amerita sacrificar una lista de alimentos, debemos recordar que no hay alimentos buenos o malos, solo dietas mal balanceadas, y ahí es donde radica el secreto para que el embarazo transcurra con total normalidad y sin afectar la salud de la madre o el hijo”.
De igual manera, la nutricionista agrega que es posible comer sano y rico al mismo tiempo, lo esencial es mantener un balance en lo que comemos y controlar las porciones. Recuerde que puede comer un poco de todo si es con moderación.
¿Y los “antojos”?
Para algunas mujeres la espera de un hijo viene acompañada de los famosos antojos. Las madres suelen saciar esos deseos con uno o varios alimentos.
No hay razón para privarse de algún alimento simplemente hay que buscar equilibrarlo. Recuerde que ningún alimento o bebida es responsable, por sí solo, de que las personas tengan sobrepeso u obesidad.
La Dra. Tejada explica que “la dieta de la madre embarazada debe continuar lo más balaceada posible y si no se tiene la costumbre de equilibrar entre todos los grupos alimenticios, este es el momento perfecto para incluir ese hábito”.
Actívese durante el embarazo
El embarazo no es una razón para dejar de hacer actividad física, al contrario, es una oportunidad para formar madres sanas y fuertes. De acuerdo con el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, con la práctica de actividad física el bebé no se ve perjudicado de ningún modo, al contrario significa un beneficio para la madre, porque además de mantener el equilibrio calórico, disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes.
Asimismo, el Colegio destaca que la actividad física durante el embarazo debe ser aeróbica, suave y sin ningún tipo de sobrecarga. La frecuencia cardíaca no debe superar los 90 o 100 latidos por minuto y la periodicidad aconsejada es 3 veces por semana, con un tiempo de 30 minutos cada día.
Por su parte Tejada recomienda, la supervisión y autorización por parte del obstetra, el cual analizará la actividad aconsejada para la situación específica de la paciente. Adicionalmente recalca que el reposo solo está indicado si hay amenaza de aborto o parto prematuro.