Tener el colesterol alto está asociado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como los infartos o las crisis cardíacas, entre otras.
Los malos hábitos alimentarios, la escasa actividad física y otras conductas no saludables han disparado los niveles de colesterol en las últimas décadas.
Sin embargo, unos pequeños cambios en el estilo de vida pueden hacer una gran diferencia y reducir notablemente el colesterol.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es una molécula vital para que el organismo funcione correctamente, forma parte de la estructura de las células y participa en diversos procesos como la producción de hormonas sexuales y corticoides, así como en la producción de vitamina D.
El hígado elabora y regula el colesterol en sangre, lo cual quiere decir que tan solo una pequeña cantidad del colesterol que poseemos viene de los alimentos, ya que el hígado reduce su producción cuando consumimos alimentos ricos en esta sustancia.
Colesterol HDL y colesterol LDL
Antes de ver qué formas naturales y saludables existen para reducir el colesterol, es importante explicar las diferencias entre el colesterol HDL y LDL.
Por un lado, el colesterol HDL hace alusión al colesterol transportado desde el cuerpo al hígado a través de lipoproteínas de alta densidad.
Por otro lado, el colesterol LDL hace alusión al colesterol transportado desde el hígado al resto del cuerpo a través de lipoproteínas de baja densidad.
El colesterol HDL es conocido como colesterol bueno porque a su paso por el torrente sanguíneo atrapa los restos de grasa en sangre y los lleva al hígado para su procesamiento.
n cambio, el colesterol LDL es conocido como colesterol malo porque tiende a dejar las moléculas de colesterol que transporta adheridas en las paredes de las venas y arterias, favoreciendo así el taponamiento de esta últimas.
No obstante, el colesterol LDL se divide en dos grupos:
- LDL pequeño y denso: maligno, asociado a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
- LDL grande y ligero: benigno, no está asociado a enfermedades cardíacas.
Exceso de colesterol en la sangre
Cuando existe un exceso de colesterol LDL en sangre, el colesterol comienza a acumularse en las paredes de venas y arterias, formando una placa que con el tiempo va haciéndose más y más gruesa.
Esto es lo que se conoce como aterosclerosis y es la principal causa de infartos y crisis cardíacas.
El primer paso para regular los niveles de colesterol es reducir el consumo de carbohidratos refinados, es decir, azúcar y cereales refinados. Estas sustancias provocan picos de glucosa, reducen el colesterol HDL y elevan el colesterol LDL y los triglicéridos.
Las grasas trans son un tipo de grasa tóxica procedente de la elaboración de aceites vegetales refinados. Su consumo se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y un aumento del colesterol LDL.
Evita cualquier producto con la palabra “hidrogenado” o “parcialmente hidrogenado” en su lista de ingredientes.
De acuerdo con varios estudios, realizar actividad física puede aumentar el colesterol HDL, reducir el colesterol LDL y los triglicéridos y transformar el colesterol LDL denso y pequeño (maligno) en grande y ligero (benigno).
El tabaco disminuye los niveles de colesterol HDL, aumenta el colesterol LDL y los triglicéridos y, por si esto fuera poco, también eleva el riesgo de aterosclerosis.
Por supuesto, no debes olvidar que el tabaco es una droga y sus efectos negativos en la salud son numerosos y graves.
La espirulina es una bacteria presente en un alga que se comercializa en forma de suplemento. Está repleta de nutrientes y es una excelente fuente de proteína.
Según muestran las últimas investigaciones al respecto, ingerir 1 gramo diario de espirulina disminuye en un 16 % los triglicéridos, en un 10 % el colesterol LDL y en un 8% el colesterol total.
Asimismo también se han encontrado cambios positivos en los niveles de colesterol HDL.
No dejes que el colesterol te gane la batalla y enfréntate a él con fortaleza y seguridad. Es más fácil de lo que crees.