República Popular Democrática de Corea y el enigma del Occidente

Se acaba de celebrar en Moscú la primera conferencia parlamentaria internacional Rusia-América Latina con representantes de la mayoría de los países de la región de América Latina y el Caribe.

Este evento sigue la segunda conferencia parlamentaria internacional Rusia-África en el pasado mes de marzo y la cumbre Rusia-África en julio. Todos estos eventos, igual que la cumbre del grupo BRICS al fin de agosto en Sudáfrica y la cumbre del G77 más China el pasado mes de septiembre en Cuba, señalan el rechazo de la pretensión occidental de revertir el desarrollo de las relaciones de los países del mundo mayoritario con la Federación Rusa y la República Popular China.

Este rechazo fue reiterado en discurso tras discurso este año durante la Sesión de Alto Nivel de la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas. La gran mayoría de las y los representantes de los países del mundo mayoritario reclaman un orden internacional más justo y equitativo, la aplicación de verdad de los principios fundamentales de la autodeterminación, la no agresión, la no intervención y la cooperación para el desarrollo en base al respeto mutuo. Aunque es probable que estas llamadas en Naciones Unidas por la justicia y la equidad van a ser sofocadas por la resistencia de Estados Unidos y sus aliados, las cumbres y conferencias arriba mencionadas indican que los países del mundo mayoritario ya van abriendo otros caminos sin importarles lo que quieren los gobiernos de Estados Unidos y sus países aliados.

Visita a Rusia de Kim Jong-un

Otro evento clave en este sentido fue la visita de cinco días a Rusia por el dirigente de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong-un, este pasado mes de septiembre. La visita ocurrió ante la siniestra pretensión de los países de la OTAN de extender su ámbito de operaciones a la región asiática, su explícita agresión como cobeligerantes contra la Federación Rusa en Ucrania y la creciente postura agresiva de Estados Unidos y sus aliados regionales contra China. Es notable, dado los grandes avances en su capacidad aeroespacial de la República Popular Democrático, que la visita fuese a dos centros de importancia central en la industria aeroespacial rusa, el Cosmodromo Vostochny y la fábrica de aviones “Yuri Gagarin” en Komsomolsk-en-Amur, donde se fabrican las aviones militares más avanzadas.

Aparte de la reunión de Kim Jong-un con el presidente Vladimir Putin, el dirigente y su delegación también se reunieron con altos funcionarios del gobierno ruso. Entre ellos se incluyeron reuniones con el ministro de Recursos Naturales y Ecología, el ministro de Defensa, el ministro de Industria y Comercio Exterior, tres de los Vicepremier del gobierno ruso, el subjefe de la administración presidencial y el ministro de Transporte. Entonces, se trata de un salto de tremenda importancia en los niveles e índoles de cooperación entre los dos países en los campos de la tecnología, la infraestructura, el comercio, la cooperación militar y la cooperación para el desarrollo en general.

La enigma del Occidente

De la misma manera de sus caricaturas occidentales de Rusia y China, las fuentes de información occidentales difaman y demonizan a la República Popular Democrática de Corea como una dictadura irracional, cruel y represivo, incompetente e ineficiente. Pero al mismo tiempo, también retratan al país y su dirigencia como una amenaza única y diabólica. Esta es la misma guerra psicológica que se ha desplegado constantemente contra los gobiernos y países que han sido víctimas de la despiadada agresión occidental, desde Cuba, Nicaragua y Venezuela hasta Libia, Siria e Irán y ahora contra Rusia y China también.

De hecho, la verdadera enigma es el inescrutable demencia de las élites gobernantes de Estados Unidos y Europa. Las camarillas de gángsters occidentales plutócratas se aferran al poder a través de elecciones mercantilistas en las que reclaman un mandato “democrático” a menudo con menos del 30% del total de votos elegibles. En armamentos y bienestar para sus oligarquías corporativas, los corruptos gobiernos occidentales gastan billones de dólares en agresiones militares imperialistas, mientras ni son capaces de satisfacer las necesidades básicas de sus poblaciones en términos de atención médica, educación, viviendas y empleo.

La historia de la República Popular Democrática de Corea es una de lucha por la soberanía nacional en defensa de su pueblo y de su heroica resistencia al imperialismo. Desde el fin del Siglo 19, Korea ha sido víctima de la ocupación militar y la constante intervención y agresión, primero por el imperio de Japón y, desde 1945 por Estados Unidos y sus países aliados. Luego de la partición de la península coreana entre la parte sur y la parte norte, separado por una frontera en base al paralelo 38, Estados Unidos violó en 1948 un acuerdo para tener elecciones libres en toda la península. Se puso a organizar elecciones solamente en el sur del país en medio de una feroz represión anti-comunista.

Luego, procedió a instalar infraestructura militar de manera masiva y armar las fuerzas de su gobierno títere en Corea del Sur para agredir a la República Popular Democrática. Aunque la mayoría de las fuentes de la historia de la guerra coreana alegan que la República Popular Democrática invadió a Corea del Sur en 1950. En verdad, fueron las fuerzas de Corea del Sur con la instigación estadounidense que invadieron inicialmente, después de haber cometido más de dos mil acciones de provocación en los meses anteriores. Pero la República Popular Democrática montó una contraofensiva devastadora.

Se trata del mismo patrón de provocación y agresión que ha causado la operación militar especial de Rusia en defensa de la población rusoparlante en Ucrania. Finalmente, con el apoyo de la República Popular China y de la Unión Soviética, la República Popular Democrática venció a Estados Unidos y sus aliados y forzó la firma del armisticio de 1953. Desde aquel momento Estados Unidos ha aplicado medidas coercitivas unilaterales contra la República Popular Democrática y siempre ha bloqueado la firma de un tratado de paz definitiva.

El programa de disuasión nuclear

Durante la guerra Estados Unidos destruyó cada ciudad y pueblo de la República Popular Democrática y mató a más de dos millones de civiles. En base a esta terrible experiencia de la genocida barbaridad occidental, el país ha desarrollado sus fuerzas nucleares desde los años 1970s. En 1992, el país firmó los acuerdos asociados con la No Proliferación Nuclear. Sin embargo, se retiró de los acuerdos en 2003 ante la mala fe y el incumplimiento de Estados Unidos en relación al Acuerdo Marco negociado entre ambos países en 1994. Por ese motivo y por motivo de las agresiones occidentales contra Serbia, Afganistán e Irak, la República Popular Democrática inició una serie de pruebas nucleares para desarrollar una fuerza nuclear de disuasión.

Como comentó en mayo 2013 Rodong Sinmun, el periódico oficial de la República Democrática, “Cuanto más fuerte se vuelve la capacidad de ataque nuclear, más poderoso se vuelve el elemento disuasorio. Es un requisito esencial de la RPDC reforzar su fuerza nuclear tanto en calidad como en cantidad ahora que Estados Unidos, el Estado con armas nucleares más grande del mundo, representa una amenaza nuclear constante para él.” La República Popular Democrática asume esta posición ante los constantes ejercicios militares a gran escala de Estados Unidos y sus aliados en las fronteras de la República Popular Democrática. En adición a sus medidas coercitivas unilaterales, desde 2006 Estados Unidos ha gestionado repetidas sanciones punitivas de las Naciones Unidas contra la República Popular Democrática.

Sin embargo, Naciones Unidas nunca exige que terminen los ejercicios militares dirigidos por los Estados Unidos que incluyen el despliegue de de submarinos nucleares y de bombarderos capaces de llevar armas nucleares. La República Popular Democrática también está amenazado desde docenas de bases militares estadounidenses en Japón y en la parte Sur de la península coreana en la República de Corea. Adiconalmente, la Tercera Flota y la Séptima Flota de la marina de guerra estadounidense patrullan el océano Pacífico con grupos de ataque de portaaviones nucleares y submarinos nucleares.

Nadie en la región olvida que Estados Unidos es el único país en la historia que ha lanzado bombas atómicas y que lo hizo contra las indefensas poblaciones civiles japoneses de Hiroshima y Nagasaki.

El pueblo de la República Popular Democrática también recuerda la genocida destrucción por Estados Unidos de la población civil de su país. Este es el contexto histórico en que el presidente Vladimir Putin recibió la visita de Kim Jong-un a Rusia.

Palabras de Kim Il Sung

En relación a esta visita y su contexto es instructivo recordar, en el momento de la primera conferencia parlamentaria internacional Rusia-América Latina, las palabras del dirigente fundador de la República Popular Democrática de Corea, Kim Il-Sung en el 85 Conferencia Interparlamentaria de 1991 en Pyongyang. Los sentimientos e ideas expresado por Kim Il Sung prefiguran por más de 30 años los reclamos de las y los dirigentes del mundo mayoritario en la 78 Asamblea General de la ONU. Son las mismas ideales y aspiraciones que han guiado el prolongado proceso de la descolonización que sigue vigente todavía ante la persistencia de los patrones del neocolonialismo denunciados por Che Guevara en Argelia en 1965. El Che dijo “Mientras el imperialismo exista, por definición, ejercerá su dominación sobre otros países; esa dominación se llama hoy neocolonialismo.”

De su parteKim Il Sung dijo en 1991, “Hacer que los países individuales sean democráticos está estrechamente relacionado con el compromiso de hacer democrática la comunidad internacional… Hoy, la humanidad se encuentra en un punto de inflexión en el progreso histórico. La vieja era de dominación y subyugación que duró miles de años ha llegado a su fin, y se está iniciando una nueva era, la nueva era en la que todos los países y todas las naciones dan forma a su destino de forma independiente…

“Hay países grandes y pequeños en el mundo, pero no puede haber países mayores y menores; hay naciones desarrolladas y naciones menos desarrolladas, pero no puede haber naciones destinadas a dominar a otras naciones o aquellas destinadas a ser dominadas… No se deben tolerar privilegios ni arbitrariedades en las relaciones internacionales; la amistad y la cooperación entre países deben desarrollarse plenamente sobre los principios de respeto mutuo, no injerencia en los asuntos de otros países, igualdad y beneficio mutuo.”

Y estos son precisamente los altos valores reafirmados en estos días en primera conferencia parlamentaria internacional Rusia-América Latina con la plena participación del gobierno de Nicaragua.

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