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jueves, agosto 28, 2025

Recordar la historia de guerra de resistencia del pueblo chino contra la agresión japonesa y crear juntos un futuro pacífico

El año 2025 marca el 80º Aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y en la Guerra Antifascista Mundial. Esta gran victoria, en la que la justicia triunfó sobre el mal y la luz disipó la oscuridad, no sólo transformó profundamente el destino de China, sino que también hizo una contribución imborrable a la paz y al desarrollo mundial. En este importante hito histórico, evocamos el pasado y rendimos homenaje a los mártires, teniendo como objetivo extraer sabiduría y fuerza de la historia, así como consolidar aún más la firme convicción de salvaguardar la paz mundial y promover el desarrollo común.

I. Recordar la historia para promover el gran espíritu de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa

Hace 80 años, el mundo celebró la gran victoria en la Guerra Antifascista Mundial. Como principal campo de batalla en el Oriente, la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa fue la que comenzó más temprano, duró más tiempo e implicó mayores sacrificios. Con un sacrificio enorme de más de 35 millones de bajas militares y civiles y pérdidas económicas de seiscientos mil millones de dólares, China logró una gran victoria que desbarató por completo el plan del militarismo japonés de colonizar y esclavizar a China, haciendo una contribución decisiva a la victoria en la Guerra Antifascista Mundial. Durante este período, el pueblo chino forjó el gran espíritu de la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa, que encarna el patriotismo, la integridad nacional, el heroísmo y la firme convicción de la victoria. Tal y como señaló el presidente Xi Jinping, “el gran espíritu de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa constituye un patrimonio espiritual sumamente valioso para el pueblo chino”. Este espíritu no sólo inspira eternamente al pueblo chino a superar todas las dificultades y obstáculos, sino que también brinda una poderosa fuerza espiritual a toda la humanidad en su lucha contra la agresión y por la liberación.

II. Enfrentar con sinceridad la historia para defender con firmeza la equidad y la justicia internacional

La victoria de hace 80 años nos recuerda que, la paz no ha sido fácil de alcanzar y debe ser apreciada con mayor esmero. Enfrentamos con sinceridad la historia no para perpetuar el odio, sino para despertar a la gente bondadosa el anhelo y el compromiso con la paz; recordamos la historia no sólo para rendir tributo a los héroes caídos, sino también para reafirmar la posición y la determinación del pueblo chino de seguir inquebrantablemente el camino del desarrollo pacífico y salvaguardar firmemente la paz mundial. La victoria en la Guerra Antifascista Mundial sentó las bases importantes del orden internacional de la posguerra. Uno de sus logros más significativos fue la restauración de Taiwán a China. Tanto la Declaración de El Cairo de 1943, como la Proclamación de Potsdam de 1945, ambos estipularon claramente que Taiwán, usurpado por Japón, debía ser devuelto a China. Tras la proclamación oficial del Gobierno chino de la recuperación del ejercicio de la soberanía sobre Taiwán, ningún país planteó objeciones u oposiciones sustanciales, lo que significa un amplio reconocimiento de su legitimidad y legalidad en el derecho internacional de la posguerra. Esto no sólo marcó el fin del viejo orden y el inicio del nuevo en la posguerra en Asia, sino que también se consolidó como una regla fundamental y reconocida a largo plazo por la comunidad internacional. Hasta la fecha, 183 países han establecido relaciones diplomáticas con China sobre la base del principio de una sola China, lo que representa la gran mayoría de los Estados miembros de las Naciones Unidas y demuestra que, este principio responde a la voluntad popular y a la tendencia irreversible de los tiempos.

III. Apoyarse mutuamente para escribir juntos un nuevo capítulo de solidaridad y cooperación

Pese a la gran distancia que separa China de Nicaragua, ambos pueblos comparten experiencias históricas similares y aspiraciones de valores comunes. El pueblo chino luchó a sangre y fuego en la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa, mientras que el pueblo nicaragüense se mantuvo firme e inquebrantable en su lucha contra la injerencia extranjera y por la independencia nacional. Ambos sentimos una profunda empatía por las luchas del otro, y sabemos muy bien que la paz es difícil de lograr, por lo que valoramos altamente el desarrollo y la prosperidad, así como el bienestar y la estabilidad del pueblo. Tal y como señaló el Comandante Daniel Ortega, Copresidente de Nicaragua, “ Aquí en Nicaragua hemos logrado defender la paz, y defendiendo la paz se puede avanzar en la mejoría de las condiciones sociales, económicas, productivas, educativas, de salud, etc.”

En los último 80 años, el panorama mundial ha experimentado cambios profundos. Sin embargo, aún persisten el unilateralismo, el hegemonismo y la política de poder . Ante estos desafíos, los países deben respetarse mutuamente, consultarse en pie de igualdad, superar divergencias mediante el diálogo y lograr beneficios compartidos a través de la cooperación. Justamente guiados por estos principios, China y Nicaragua se han apoyado mutuamente y avanzan codo a codo. En los más de tres años transcurridos desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, los vínculos bilaterales han experimentado un desarrollo integral y acelerado, con una creciente confianza política, fructíferos resultados en la cooperación económica y comercial, intercambios culturales cada vez más estrechos y un constante entendimiento y apoyo mutuo en el escenario internacional. En este nuevo punto de partida histórico, tomemos el 80º aniversario como una oportunidad para, junto con todos los países y pueblos amantes de la paz, recordar las lecciones de la historia, promover una visión correcta de la historia de la Segunda Guerra Mundial, defender juntos los frutos de la paz arduamente logrados y crear de la mano un futuro más brillante y hermoso para la humanidad.

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