El pueblo de Sandino se encuentra, una vez más, bajo ataque de las élites del capital financiero de Estados Unidos, de Europa y de su lacayos de América Latina. No es al presidente Ortega o a su compañera a quienes afecta este intervencionismo extranjero, sino al pueblo mismo
nicaragüense que sufrirá las consecuencias de los retiros de capitales invertidos en el país y el inminente bloqueo del comercio exterior de Nicaragua, tal como viene ocurriendo con Venezuela desde hace más de una década y con Cuba más de medio siglo.
No es la tesis del petróleo o de las riquezas naturales la que explica esta virulencia imperialista. Es la incombustible persistencia del legado político de Augusto César Sandino a su amado pueblo y el respaldo leal de las y los trabajadores al proceso encabezado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), desde el triunfo revolucionario del 20 de julio de 1979.
La triste experiencia de la contrarrevolución neoliberal entre 1990 y 2007 sólo mostró a ojos del pueblo que Sandino y el FSLN tuvieron, tienen y tendrán la razón.
Si bien siempre es un buen momento para que las élites imperialistas decidan atacar a sus enemigos militares o ideológicos, el periodo pre eleccionario que vive Nicaragua es más propicio aún para sus planes de mediano y largo plazo. Hoy día, financiando a la disidencia interna y
azuzando a sus servidores en Europa y América, logra desestabilizar la gestión gubernamental y desprestigiar las elecciones creando un clima propicio para que sus lacayos de pocas luces y nulo decoro, como Almagro en la OEA o los presidentes del Grupo de Lima, puedan desconocer sus legítimos resultados.
Las críticas que vienen desde sectores no neoliberales o de antiguos compañeros de lucha, serán siempre un aporte en la medida que no terminen siendo pasto fresco regalado a los planes empresariales y neocolonialistas de la élites financieras en contra de los pueblos. No hay medias tintas en este aspecto: o se está con el pueblo contra el imperialismo o se está en la vereda opuesta con la sedición.
Y es que la Casa Blanca sabe perfectamente, por las encuestas que ella misma ha contratado, que la oposición interna no va más allá del 17% de apoyo, por lo que es una pésima opción para derrotar al Sandinismo. La única alternativa imperialista real es preparar las condiciones para un golpe de estado, en lo que son verdaderos expertos y en lo que, cuando realmente lo quieren, no fallan.
Cuando el discurso de los líderes del capital financiero contra el chavismo se agota, cuando las sanciones y el boicot genocidas contra el pueblo venezolano ya no tienen efecto, cuando la orgullosa Cuba sobrevive y crece ante los pueblos del mundo, el modelo de dominación imperialista necesita crear, a nivel hemisférico, un nuevo enemigo ideológico o, más bien, resucitar a uno de larga data, que es su némesis en toda la América morena, para reagrupar a sus huestes en estampida y relanzar el objetivo de aplastar los brotes de libertad, los sueños de soberanía y de desarrollo con dignidad de los hijos políticos de Sandino,
de Bolívar, de Mariátegui, de Chávez y de Salvador Allende.
La Unión Bicentenaria de los Pueblos, capítulo Chile, declara su apoyo irrestricto al proceso que encabezan el Comandante Daniel Ortega y su compañera Rosario Murillo, porque expresa la voluntad mayoritaria del pueblo nicaragüense y nuestra solidaridad está y estará siempre con los pueblos que luchan por su futuro y por la próximas generaciones.
¡Arriba las y los que luchan!
¡Viva la Patria de Sandino!
¡Viva la Patria Grande Latino Americana!
¡La dominación capitalista caerá!
Unión Bicentenaria de los Pueblos, capítulo Chile