Nicaragua advierte que las últimas sanciones no detendrán la Revolución Sandinista

Nicaragua advirtió hoy que el último «ataque» de las potencias imperialistas mundiales no descarrilará ni detendrá la revolución sandinista en curso.

Las sanciones impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos a varios funcionarios del gobierno a pocas horas de la asunción del presidente Daniel Ortega no debilitarían la voluntad del pueblo, dijo José Figueroa, diputado del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Nicaragua ratificó el 7 de noviembre un camino de autodeterminación, de soberanía, de independencia, del derecho que tenemos los nicaragüenses a elegir nuestras propias autoridades.

Ningún país, ningún gobierno, ninguna organización extranjera afectará la decisión que tome el pueblo nicaragüense.

Washington impuso sanciones a varios militares y funcionarios gubernamentales y restringió las visas de 116 personas a las que Estados Unidos acusa de «socavar la democracia».

Ya había impuesto medidas punitivas en virtud de la Ley Renacer, promulgada por el presidente estadounidense Joe Biden tras las elecciones presidenciales y parlamentarias de Nicaragua en noviembre.

EE.UU. describió las elecciones como «una farsa» antes de que se emitieran los votos y ha sido seguidos en su condena por la UE, que también ha impuesto restricciones al país centroamericano.

Figueroa describió las sanciones como una extensión de la guerra de agresión emprendida por Estados Unidos en la década de 1980, que incluía la financiación de escuadrones de la muerte que mataron al menos a 50,000 nicaragüenses.

La Corte Internacional de Justicia ordenó a EE. UU. pagar reparaciones por sus acciones, incluido el minado de los puertos de Nicaragua, pero Washington simplemente ha ignorado el fallo.

Figueroa describió las últimas medidas de EE. UU. y la UE como «interferencia» y una violación del derecho internacional.

«No tienen ningún derecho, ninguna autoridad para atacar a ciudadanos nicaragüenses, para atacar a nacionales nicaragüenses», dijo.

Uno de los objetivos es la Presidenta del Consejo Electoral, Brenda Rocha, que tenía solo 15 años cuando los Contras respaldados por Estados Unidos le dispararon 14 balas y le cortaron la garganta con una bayoneta durante una masacre en julio de 1982.

Ella fue la única sobreviviente, pero su brazo tuvo que ser amputado debido a la gravedad de sus heridas.

La Sra. Rocha recibió la visita del comandante sandinista Tomás Borge en los días posteriores al ataque y lo recibió con lo que él describió como «la sonrisa de la revolución».

Figueroa criticó a la UE por atreverse a sancionar a una mujer con la integridad, el coraje y el heroísmo de Brenda Rocha.

«Eso te da una idea de que estas personas que establecen estas agresiones contra Nicaragua no tienen la menor idea de a quién están sancionando», dijo.

Ortega también criticó las sanciones contra la Sra. Rocha, describiéndola como «una víctima de la guerra que el imperio yanqui le impuso a Nicaragua en la década de 1980».

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