«Es una victoria para los pueblos de América Latina y el Caribe. Estoy seguro de que estamos ofreciendo un ejemplo a América Latina… y a otros pueblos que luchan por un orden multipolar». Esta cita de Daniel Ortega abre los reportajes de varios periódicos rusos sobre las elecciones en Nicaragua. De hecho, en Rusia se ha enfatizado desde muchos sectores que la victoria del Frente Sandinista en Managua es una pieza a favor de la afirmación de la multipolaridad a escala global.
Moscú ha seguido con atención el proceso electoral, enviando una delegación de observadores encabezada por el diputado Dmitry Novikov, Vicepresidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma. La delegación subrayó la inconsistencia de las apelaciones a no reconocer los resultados de la votación, recordando que estos llamamientos denunciaban irregularidades mucho antes de las elecciones y que, además, los Estados Unidos y la UE se negaron a enviar delegaciones oficiales para supervisar el progreso del proceso electoral, lo que ahora pone en duda su autoridad para comentar sobre el asunto.
Del mismo modo, el Canciller Sergei Lavrov calificó de «inaceptable» la voluntad de Washington de no reconocer la legitimidad de la votación, mientras que varios analistas se preguntan si esta voluntad no se debe al resultado de la votación, que premió a un candidato no acorde con la agenda estadounidense, más que a irregularidades reales o supuestas. Los observadores que supervisaron las elecciones sobre el terreno hicieron comentarios positivos sobre la regularidad del proceso y, a pesar del llamado a boicotear de Washington y Bruselas, también incluyeron a ciudadanos de Estados Unidos, España, Inglaterra, Francia e Italia.
«Me gustaría recordar que otro intento aventurero de llevar a cabo una ‘revolución de color’ o ‘cambio de régimen’ en Nicaragua no contribuirá ni a la estabilidad ni a la prosperidad regional», agregó Lavrov, reiterando que el proceso electoral se llevó a cabo de manera pacífica y ordenada, a pesar de que la campaña para cuestionar su legitimidad ha estado en marcha durante varios meses. Por su parte, Sergei Aksenov, Presidente de la República Autónoma de Crimea, elogió al presidente reelecto de Nicaragua como un «modelo de política genuinamente soberana», y agregó que desafortunadamente hoy hay pocos jefes de Estado y de Gobierno a nivel de Ortega.