La ventaja de la muerte repentina se pierde con la grandeza de la eternidad

Bismark Martínez fue víctima, le torturaron y fue víctima, le mataron el cuerpo y fue víctima, luego lo enterraron en el anonimato y seguía siendo víctima, aunque le negaban su condición de víctima quienes lo torturaron, asesinaron y enterraron, quienes defienden a sus asesinos y la comunidad internacional cómplice de ambos.

En ningún informe de ninguna ONG nacional o extranjera se mencionó el dramático caso de Bismark, ninguna emisora de radio, medio escrito o canal de televisión opositor dijo algo de él y su condición de víctima, todos seguían un guión donde las víctimas habían que achacárselas al gobierno, las reales y las ficticias, las de un bando y del otro, la misión no era neutral, por el contrario, tenían un objetivo que conseguir.

Hoy tu cuerpo gritó tan fuerte que las lágrimas vinieron del cielo, tu alma Bismark es aquel grito de cachorro de Sandino que fuiste, el de Sandinista comprometido, el de toda gente humilde que ha sido víctima y que durante toda la historia han querido esconder, hoy tu cuerpo los delata, los desenmascara, los deja al descubierto, les desvanece la cortina de humo que siempre esgrimieron, acaba con el cuento barato de que son «pacíficos» y aunque los Sandinistas lo sabíamos, ahora ya no hay manera de sostener esa burda consigna.

Bismark, ser Sandinista no es fácil y siempre lo supiste, tener convicción y mantenerla con firmeza hasta el punto de entregar la vida por los otros no es para cualquiera, sin embargo quiero que sepas que tu asesinato cobarde y atroz hoy nos hace gritar con vos, las consignas que son nuestras porque nacieron nuestras, de los Sandinistas, hoy te grito a pecho y pulmón hinchado de fervor Sandinista, como les gritó Leonel Rugama a los guardias: QUE SE RINDA TU MADRE, golpistas de mierda.

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