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miércoles, junio 18, 2025

¡Hay que darle una lección al agresor para que no vuelva a pensar en atacar!

El cobarde ataque y la agresión injustificable del régimen sionista de Israel contra la soberanía nacional y la integridad territorial de la República Islámica de Irán tuvo lugar la mañana del viernes 13 de junio de 2025. Durante este ataque, el régimen ilegítimo de Israel bombardeó zonas residenciales y núcleos poblacionales del territorio iraní, lo que causó la muerte de un número de civiles indefensos, científicos, altos mandos militares y sus familias inocentes.

Este régimen falso, que ha demostrado reiteradamente no tener límite alguno a la hora de asesinar mujeres y niños indefensos, violando todas las normas y estándares internacionales, ha cruzado una vez más las líneas rojas, continuando con la masacre del pueblo indefenso de Gaza y la Palestina ocupada. Esta vez atacó zonas urbanas e instalaciones nucleares pacíficas de Irán, las cuales están bajo estricta supervisión y salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en un acto que constituye un crimen prohibido bajo cualquier circunstancia según el derecho internacional.

Este ataque se produjo mientras, tras la salida ilegal de Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) el 8 de mayo de 2018, y en el marco de nuevos esfuerzos para alcanzar un acuerdo, la República Islámica de Irán, en muestra de su buena voluntad y del carácter absolutamente pacífico de su programa nuclear, había celebrado cinco rondas de negociaciones con las partes involucradas y se preparaba para una sexta ronda en Mascate (Omán).

Una vez más, esta agresión del régimen fue recibida con indiferencia por parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Algunos países europeos, como Alemania e Italia, liderados por Estados Unidos —quienes se jactan de representar la civilización y la defensa del derecho internacional—, en lugar de señalar al verdadero culpable, respaldaron de forma descarada esta agresión y criticaron la legítima defensa ejercida por Irán.

La República Islámica de Irán, con base en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ejercerá su legítimo derecho a defenderse con toda su fuerza frente a esta clara violación de su soberanía y territorio, y hará que el agresor se arrepienta de su acción. Sin embargo, es necesario destacar que esta agresión del régimen sionista a Irán no habría sido posible sin la luz verde y el respaldo de Estados Unidos. Además de las declaraciones explícitas del presidente estadounidense en apoyo total a Israel en esta agresión, la República Islámica de Irán dispone de pruebas y documentos que confirman la implicación directa de fuerzas estadounidenses en la región en el apoyo a esta acción.

Si Estados Unidos no hubiera tenido participación en esta agresión, habría condenado firme y claramente este ataque del régimen sionista contra el territorio de otro país y sus instalaciones nucleares pacíficas.

Desde la perspectiva de Irán, Estados Unidos es cómplice de este crimen contra la humanidad y debe asumir las consecuencias. El ataque de Israel a los centros económicos y poblacionales de diversas ciudades iraníes es una acción extremadamente peligrosa, que busca extender el conflicto a toda la región del Golfo Pérsico. La expansión de esta guerra puede implicar y afectar al mundo entero.

Esperamos que la comunidad internacional preste atención suficiente a esta situación, considere con urgencia las consecuencias de este asunto y tome medidas concretas para detener esta violación flagrante del derecho internacional. Desde la perspectiva de la República Islámica de Irán, esta es la mejor vía para alcanzar la paz y la seguridad en el mundo.

Aunque una amplia mayoría de países miembros del Consejo de Gobernadores del OIEA condenaron en su última reunión el ataque israelí contra las instalaciones e infraestructuras nucleares iraníes, y el director general del organismo declaró que dichas instalaciones no deben ser objeto de ataques, estas acciones no son suficientes. Se requieren medidas concretas y urgentes por parte de los grandes países, instituciones y organismos internacionales responsables del mantenimiento de la paz y la seguridad global para frenar al régimen barbárico y criminal de Israel.

La República Islámica de Irán es un país amante de la paz y siempre ha demostrado al mundo la naturaleza pacífica de su programa nuclear. Catorce informes del OIEA confirman el carácter completamente pacífico de dicho programa. Irán es un miembro comprometido del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y otros acuerdos internacionales sobre desarme, y su programa nuclear se encuentra completamente bajo las salvaguardias del OIEA. 

Por el contrario, el régimen agresor de Israel no es miembro del TNP ni de ningún tratado de desarme internacional. Posee un programa nuclear militar secreto, fuera del control del OIEA, y cuenta con más de 200 ojivas nucleares, lo que representa una grave amenaza para la paz y la seguridad regional e internacional.

La legítima defensa de Irán continuará hasta que el agresor detenga su ofensiva armada, con el fin de impedir nuevos ataques del régimen sionista contra civiles e infraestructuras iraníes. La decisión al respecto corresponde al Estado que se defiende.

La guerra impuesta por Israel contra la orgullosa nación iraní es un ataque al pasado, al presente y al futuro de cada iraní. Por ello, la defensa y la resistencia frente a esta agresión es un deber inherente de todo iraní digno.

Los pueblos honorables y libres de Irán y Nicaragua, a pesar de la distancia geográfica, han aprendido lecciones comunes de sus respectivas historias y grandes civilizaciones. ¡Al agresor hay que darle una lección para que no vuelva a pensar en atacar!

¡Viva Irán! ¡Viva Nicaragua! ¡Y vivan todos los pueblos libres del mundo!

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