El día 15 de mayo, se cumplieron 77 años de la “Nakba”, la catástrofe del pueblo palestino. Es el momento en el que más de 750.000 palestinos y palestinas fueron expulsados de sus hogares y de su tierra en Palestina por los sionistas de Israel e iniciaran un viaje sin retorno y una historia marcada por la violación de sus derechos y sus libertades. Los lanzaron a vivir en refugios temporales, luchando por encontrar alimentos, agua e infraestructura adecuada, y enfrentando el duro clima de su patria. Además de la destrucción brutal de sus casas y de las poblaciones y ciudades en donde nacieron y vivieron.

La Nakba, que significa “catástrofe” en árabe, se refiere al desplazamiento masivo y la desposesión de sus tierras y hogares de los palestinos durante la guerra árabe-israelí de 1948. Fue la destrucción de la sociedad y la patria palestina. La Nakba fue un acto de limpieza étnica. Para los palestinos la Nakba no es un acontecimiento histórico, sino es un proceso continuo de desplazamiento que nunca se ha detenido desde 1948. Ha sido un acontecimiento profundamente traumático en su memoria colectiva y continúa marcando su lucha por la justicia y por sus derechos a regresar a sus hogares.
Es una herida histórica colectiva. Un elemento dramático y doloroso del constante sufrimiento del pueblo palestino moderno. Marcando décadas de ocupación, discriminación, violaciones, genocidio y lucha por el retorno a sus tierras.
La consecuencia de la Nakba es el asesinato de más de 13,000 palestinos, la mayoría mujeres, niños, ancianos. Como ya dijimos, más de 750,000 palestinos fueron expulsados de sus hogares, transformándose en refugiados asentados en campamentos improvisados.
Los que intentaron regresar fueron recibidos a tiros, asesinados, encarcelados o forzados al exilio, pues fueron catalogados de infiltrados. Los sionistas los declararon ausentes y sus propiedades confiscadas. En Israel se promulgaron diversas leyes para legalizar la expropiación de las tierras palestinas.
En lugares donde los palestinos se resistieron, se produjeron masacres como en el pueblo de Tantura donde fueron asesinados 250 hombres masacrados y la de Deir Yassin donde asesinaron más de 150 palestinos. Esas masacres las cometieron los sionistas para atemorizar y demostrar que harían cualquier cosa por sacar a los palestinos de sus pueblos. Para poner en contexto. En 1948 solo un tercio de la población del Protectorado Británico de Palestina era judía, unas 600 mil personas y solo poseían entre el 6% y 7% de la tierra mientras la mayoría de las tierras pertenecían a propietarios árabes. Los sionistas están claros de que las expulsiones no fueron hechas como consecuencias de la guerra sino como resultado de una política clara y sistemática. No se puede convertir un país mayoritariamente árabe en un estado judío, sin cambiar su demografía. Por ello estaban claros desde un inicio que no era posible crear un mayoría judía, solo con la emigración de judíos, tendrían que expulsar a los palestinos de sus tierras o exterminarlos.
Históricamente en noviembre de 1947, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que dividía Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe, con Jerusalén bajo administración de la ONU. El mundo árabe rechazó el plan, argumentando que era injusto y violaba la Carta de la ONU. Los israelitas lanzaron ataques contra aldeas palestinas, obligando a miles de personas a huir. Se generó una guerra entre árabes y judíos. El resultado de la guerra fue el desplazamiento permanente de más de la mitad de la población palestina.
En diciembre de 1948, la Asamblea General de la ONU exigió el retorno de los refugiados, la restitución de sus propiedades y la indemnización por los daños (resolución 194). Sin embargo, 77 años después, a pesar de innumerables resoluciones de la ONU, los derechos de los palestinos siguen siendo negados. Más de 5 millones de refugiados palestinos se encuentran dispersos por todo el Oriente Medio.
El aniversario de la Nakba es un recordatorio no solo de los trágicos acontecimientos de 1948, sino también de la continua injusticia que sufren los palestinos. La Nakba tuvo un profundo impacto en el pueblo palestino, que perdió sus hogares, sus tierras y su forma de vida. Transformándolo en un pueblo ambulante casi nómada.
El 30 de noviembre de 2023, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución A/RES/77/23, en la que se ordenaba conmemorar todas los años la Nakba, incluyendo un evento de nivel mundial en el salón de la Asamblea General. El 15 de mayo de 2023 se conmemoró por primera vez el Aniversario de la Nakba en las Naciones Unidas y en todos los países del mundo.
La recordación de la Nakba en el mes de mayo de todos los años, es para recordar que es en mayo de 1948, que cientos de miles palestinos tuvieron que abandonar sus hogares cuando los israelíes expropiaron sus tierras para fundar nuevos asentamientos judíos. Se destruyó entre 500 y 600 poblaciones palestinas. Fue tierra arrasada demoliendo sus casas y propiedades. Más del 80% de las mezquitas de los pueblos palestinos han sido destruidos, se ha saqueado y destruidos museos y archivos.
En 2023 un documento interno del ministro de inteligencia de Israel y reconocido por el primer ministro Benjamín Netanyahu propuso la evacuación permanente de la población de Gaza a la península de Sinaí en Egipto.
La guerra terminó con el resultado de que los israelíes se asignaron más territorio que el asignado por la ONU, confinando a los palestinos a Gaza y Cisjordania.
Los métodos para la confiscación de los territorios fueron especialmente brutales, con el bombardeo de la población civil mediante morteros antes de entrar casa por casa expulsando a los pobladores a punta de bayoneta.
Las tierras así vaciadas fueron nacionalizadas por el estado israelí, las cedió a grupos de colonos junto con tierras de cultivo para la fundación de los nuevos kibutz que reemplazarían a las granjas y aldeas palestinas.
A pesar de la expulsión de sus tierras, los palestinos se llevaron las llaves de sus casas y las pasan de familia a familias como símbolo de rebeldía y resistencia y de que algún día expulsarán a los fascistas de Israel y regresarán a su hogar. No son simples llaves, sino símbolo de esperanza: el retorno a sus hogares. Pero además, es símbolo de protesta. Los palestinos cuando salen a las calles a protestar, empuñan esas llaves para recordar sus derechos violados. Cada 15 de mayo los palestinos en el mundo las portan y se realizan protestas y marchas.
Y la masacre y la Nakba del pueblo palestino continúan, pues lo que buscan los judíos es exterminarlo, para apropiarse de sus tierras y riquezas desafiando al mundo con sus acciones. Así tenemos que la barbarie sionista desatada desde el mes de octubre del 2023 ha causado al pueblo palestino más de 60,000 muertos (el 60% mujeres, niños y ancianos), más de 125,000 heridos, 14,000 desaparecidos, el éxodo de casi el 80% de los habitantes de Gaza y la destrucción de toda la infraestructura de edificios, hospitales, hogares, escuelas, mezquitas, iglesias, universidades, sistemas de agua, electricidad, caminos, carreteras, etc., etc. Están realizando una nueva Nakba. Es un genocidio que busca borrar a Palestina. La ONU, acaba de señalar: que la situación de Gaza es terrible y trágica. Las imágenes de destrucción y muerte son desgarradoras. Diariamente asesina Israel a cienes de palestinos. Y lo más grave casi 15000niños (as) morirán de hambre y desnutrición si los sionistas no levantan el bloqueo de la ayuda a los palestinos. Por Dios no dejemos que esos niños (as) mueran. El genocidio que están haciendo los sionistas con el pueblo palestino, lo hacen ante la faz del mundo, con el apoyo, sin esconderlo, de las principales potencias del occidente colectivo.
Para que conozcamos el pensamiento sionista sobre los refugiados palestinos, y lo que decía el primer ministro israelí Ben Gurión “Los refugiados palestinos encontrarán su sitio en la diáspora. Los que puedan resistir vivirán gracias a la selección natural, los otros, simplemente morirán. Algunos persistirán, pero la mayoría se convertirá en basura humana, la escoria de la tierra y se hundirán en los niveles más bajos del mundo árabe”.
Pero a pesar de todo, la lucha palestina continúa, tras 77 años de la Nakba. Es hora de dar una solución justa y final a la población refugiada de Palestina. Se debe llegar a un alto el fuego definitivo en Gaza que ponga fin a un infierno para millones de personas inocentes. Ya no hay excusas para alargar el sufrimiento de ese gran pueblo. Ya no hay excusas para quedarnos callados. Exijamos justicia para Palestina. Exijamos el cumplimiento de las resoluciones de la ONU y lo más importante que se detenga el genocidio y la barbarie de Israel en Gaza que está asesinando niños(as) y mujeres sin importarles las condenas mundiales.
Tenemos que decirlo La Nakba no es sólo un evento histórico sino la experiencia viva y el sacrificio de millones de palestinos que siguen sufriendo la barbarie judía. Enfrentando desplazamientos, destrucción de sus casas y negación total de sus derechos, torturas, violaciones, cárceles, masacres y barbarie en general.
Entender la Nakba es entender el sufrimiento y el dolor del pueblo palestino que nos obliga a no olvidar su lucha y sacrificio. Debiendo hacer todo lo posible por lograr la justicia histórica a un pueblo que no se someterá jamás.
¡Viva Palestina!
¡Viva la lucha del pueblo palestino!
¡Palestina pertenece a Palestina!
¡Nunca la robarán!