4 de Febrero: ¡31 años de la Rebelión que despertó a Venezuela!

El 4 de febrero de 1992, apareció, en nuestra historia libertaria, el Comandante Chávez. Venezuela resucitó de un letargo de 200 años. Lo dijo Pablo Neruda, «Bolívar despierta, cada 100 años, cuando despierta su pueblo». Antes, ya había despertado el pueblo venezolano, un 27 de febrero de 1989, cuando bajaron los cerros, y se echaron a la calle, en el «Caracazo», que fue reprimido a sangre y fuego por el Gobierno Adeco de Carlos Andrés Pérez. Más de 3 mil patriotas fueron masacrados, cuando el ejército traicionó a Bolívar, cuando dijo: «Maldito el soldado, que apunta su arma contra su pueblo».

Pero, ese 4 de Febrero del 92, se clavó hondo, en el corazón y en la mente, del pueblo venezolano. Chávez, al frente de los militares bolivarianos, nos dieron una esperanza infinita, y mil veces esperada. Marcó el parto histórico de la Revolución Bolivariana. Esa madrugada, Chávez y los militares bolivarianos, con la bandera de Bolívar en el corazón y el compromiso de redimir la Patria, desafiaron al poder hegemónico que mantenía a Venezuela sumida en la desigualdad, la miseria y el sometimiento al imperialismo. Aquel «por ahora», pronunciado con dignidad y coraje, no fue una rendición, sino el anuncio de un nuevo tiempo: el nacimiento de la alianza cívico-militar que guiaría la construcción de una nación soberana, justa y solidaria. Desde entonces, el pueblo y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana marcharían juntos en un solo proyecto histórico.

Pasaron los años y aquel 4 de febrero se cimentó como el catalizador de la toma del poder por parte del pueblo, con la victoria del Comandante Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 1998. La Revolución Bolivariana comenzó allí su marcha indetenible, profundizando la participación popular, recuperando los recursos estratégicos para la nación y levantando un proyecto de unidad continental con los pueblos hermanos de América Latina y el Caribe. Sin embargo, el imperialismo nunca dejó de conspirar contra la esperanza del pueblo venezolano. Lo intentaron con el golpe de Estado de abril de 2002, con el sabotaje petrolero, con la guerra económica, con las guarimbas violentas, con el intento de magnicidio y con un brutal bloqueo financiero que intenta rendir al pueblo a través del hambre y la desesperación.

Hoy, a 33 años de aquella rebelión gloriosa, la mayor honra a la memoria de Chávez y al legado del 4 de febrero es la resistencia heroica que encabeza nuestro Presidente Nicolás Maduro. Asediado por las agresiones externas, atacado por los voceros del imperialismo, saboteado por una derecha apátrida que conspira contra la estabilidad nacional, Nicolás ha demostrado ser el líder que, con temple revolucionario y lealtad absoluta al pueblo, mantiene encendida la llama del proyecto bolivariano.

El ímpetu rebelde expresado en aquel levantamiento popular sigue intacto: el pueblo venezolano hoy continúa batallando y defendiendo sus conquistas sociales y políticas, enfrentando con dignidad las amenazas del imperialismo estadounidense. La alianza cívico-militar sigue firme, más fortalecida que nunca, consciente de que la independencia se defiende todos los días en cada fábrica, en cada calle, en cada frontera. La lealtad del pueblo y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana es el mayor baluarte frente a los intentos de desestabilización y de quebrar la Paz conquistada.

Hoy, como ayer, el espíritu del 4 de febrero nos recuerda que la lucha por la Patria es permanente, que el socialismo bolivariano no es una utopía, sino un camino que se construye con resistencia, valentía y amor por Venezuela.

El 4 de febrero no es solo una fecha en el calendario, es un símbolo de insurrección contra la injusticia, es la reivindicación de los sueños de Bolívar, es la reafirmación del destino soberano de la nación. Aquel día, Chávez nos enseñó que la historia no está escrita, que la voluntad de un pueblo puede cambiar su rumbo y que la dignidad no se negocia. Hoy, Nicolás Maduro, nuestro Presidente Constitucional reelecto, con la bandera de la resistencia en alto, sigue derrotando los embates del imperialismo y demostrando que Venezuela no se rinde. La Revolución Bolivariana sigue firme, porque ahora sí, como nunca antes, Venezuela está decidida a ser libre para siempre.

¡Viva el 4 de febrero! ¡Viva la Revolución Bolivariana! ¡Viva Nicolás Maduro! ¡Chávez vive, la lucha sigue!»

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