Luke Perry, actor de Beverly Hills 90210 que murió en marzo pasado a sus 52 años a causa de un derrame cerebral, tenía muy claro que sus dos hijos serían los únicos herederos de su patrimonio, aunque no fue hasta ahora (siete meses después de haber fallecido) que Jack, de 22 años, y Sophie, de 19, recibieron parte del legado de su padre.
Jack y Sophie pasan a ser los dueños legales de la casa que el actor poseía en Los Ángeles, teniendo cada uno el 50% correspondiente.
La casa esta valorada en 1,8 millones de dolares y esta ubicada en uno de los vecindarios más bonitos y exclusivos» de Sherman Oaks, en Los Ángeles (California).
Fue el 3 de marzo pasado que se dio a conocer el deceso de Perry, cinco días después de haber sido hospitalizado tras sufrir un derrame cerebral en su casa de Los Ángeles.
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