La australiana dice que no es una héroe y que actuó como lo habría hecho cualquier madre.
Una mujer de la ciudad australiana de Kingaroy sufrió contusiones e incisiones múltiples al intentar proteger a su bebé de cuatro meses de una brutal tormenta de granizo.
Fiona Simpson estaba conduciendo hacia su casa con su hija y su abuela cuando empezó a granizar. Pronto escuchó un fuerte golpe y vio que el granizo había roto la ventana trasera más cercana a donde estaba la pequeña. En ese momento la mujer saltó rápidamente al asiento trasero y con su cuerpo protegió al bebé del granizo y la lluvia.
«Miré hacia abajo y vi que [la niña] estaba gritando, pero ni siquiera podía escucharla de tan fuerte que era la tormenta», declaró Fiona a la cadena local.
Advertencia: las siguentes imágenes pueden herir su sensibilidad
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