Fausta Bonino, de 55 años de edad, quien trabajaba como enfermera en la unidad de anestesia y cuidados intensivos de un hospital en el pequeño pueblo costero de Piombino en Toscana, en el centro de Italia.
Los pacientes, la mayoría personas de la tercer edad, fueron asesinados entre el año 2014 y 2015 con un medicamento administrado por suero o inyección, según publicaron varios medios italianos.
Ya la policía le venía dando seguimiento a la mujer durante varios meses. Ella fue arrestada el pasado miércoles.
Italia ya había sido sacudida por otro escándalo en la cual la enfermera Daniele Poggiali, de 44 años, fue declarada culpable de inyectar a un paciente de 78 años con una solución letal de cloro de potasio en un hospital de la ciudad de Ravenna. Además es sospechosa de cometer otros asesinatos.