Así lo ha decidido un tribunal británico que ha impedido que la pequeña se llamase igual que la sustancia química dañina.
La madre, cuya identidad no ha trascendido, tuvo gemelos y pretendía poner Predicador a su hijo varón y su hija Cyanide y consideraba que la denominación del veneno es «un nombre precioso», refiriéndose a las acciones positivas para las que dio uso y poniendo como ejemplo que ayudó a matar al líder nazi Adolf Hitler.
Las autoridades locales se opusieron en el momento de la elección, y un juez de familia falló en contra de la madre, diciendo que no estaba actuando del modo adecuado para asegurar el bienestar de sus hijos.