El tifón Yagi, considerado como la tormenta más feroz que ha azotado Asia en los últimos años, dejó un rastro de destrucción en Myanmar, cobrando la vida de al menos 384 personas y dejando a 89 más desaparecidas, según informes oficiales.
La junta militar de Myanmar ha confirmado la trágica cifra de fallecidos, detallando la distribución de las pérdidas humanas:
- 164 vidas perdidas en Naypyidó
- 134 en la región de Mandalay
- 78 en el estado de Shan
- 5 en el estado de Kayin
- 2 en la región de Bago
- 1 en Ayeyawady
Desde principios de septiembre, Myanmar ha enfrentado lluvias torrenciales e inundaciones que han dejado un panorama desolador.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reporta más de 300 personas heridas, además de los desaparecidos.
Aunque el nivel del agua ha comenzado a descender en el centro del país, las zonas afectadas permanecen en estado crítico.
Los daños en infraestructura, viviendas, servicios eléctricos y otros bienes esenciales son cada vez más evidentes, planteando desafíos significativos para la recuperación.
El tifón Yagi no solo ha afectado a Myanmar. Otros países del sudeste asiático como Vietnam, Filipinas, China, Tailandia y Laos también han sufrido sus embates, aunque en menor medida.