Una nueva investigación realizada por dos geofísicos en la Universidad Estatal de Arizona, muestra que los movimientos a lo largo de Falla de San Andrés, que se extiende desde San Juan Bautista hacia el sur hasta Parkfield en un tramo de unos 129 kilómetros, no han sido ni suaves ni constantes, como se pensaba anteriormente.
En cambio la actividad ha sido una secuencia de pequeños movimientos a veces denominados como “sismos lentos” que liberan energía durante un periodo de meses.
Aunque estos sismos lentos pasan desapercibidos para las personas, los investigadores señalan que podrían desencadenar grandes terremotos destructivos para las ciudades cercanas, por ejemplo, el terremoto que sacudió a Parkfield en 2004 cuya magnitud fue 6.
“Estos terremotos lentos y episódicos llevan a una mayor tensión en los segmentos bloqueados de la falla al norte y al sur de la sección central”, dijo Manoochehr Shirzaei, coautor de la investigación.