Germán Amaya, tenía 11 años de vivir en Estados Unidos, donde trabajaba en el lujoso hotel Fontainebleau de Miami.
La pandemia por el coronavirus le hizo perder el trabajo, por tanto su seguro médico y, finalmente, la vida.
Amaya murió en un hospital de Florida, luego de varias semanas de batalla contra la covid-19.
El salvadoreño de 55 años dejó una familia devastada, que llora su muerte mientras se enfrenta a una factura de hospital impagable, por un monto de 73 mil dólares.
En Estados Unidos, la atención médica está vinculada al empleo. Es la única nación rica donde quedar desempleado –algo que ha ocurrido a millones de personas durante la pandemia— significa también perder el seguro de salud.
Toda la familia dependía económicamente de Germán Amaya. Ahora, al dolor, se le suma la incertidumbre financiera.
Los Amaya tienen que pagar «una factura médica gigantesca y también el costo del funeral, y esa es la última preocupación que una familia debería tener cuando está en duelo».