Muharrem Buyukturk, un educador en una fundación religiosa musulmana de 54 años, resultó culpable de haber cometido, entre 2012 y 2015, abusos sexuales a 10 niños, de entre 12 y 14 años, a los que daba clases particulares, y condenado a 508 años y tres meses de cárcel.
Acusado también de haber mostrado imágenes pornográficas a sus víctimas, él rechazó rotundamente las acusaciones ante el tribunal de Karaman, sur de Turquía, en medio de fuertes medidas de seguridad.
Durante el breve proceso, que empezó el miércoles por la mañana y terminó a finales de la tarde del mismo día, el fiscal había solicitado una pena de casi 600 años de cárcel.
Buyukturk fue detenido el 13 de marzo luego de que varias familias interpusieran denuncias.