Una nueva tragedia ha sacudido la ruta canaria, dejando al menos 50 personas muertas tras el naufragio de un cayuco en su intento por llegar al archipiélago español.
La embarcación, que partió de Mauritania el 2 de enero con 86 personas a bordo, la mayoría originarias de Pakistán, se hundió tras casi dos semanas a la deriva en el mar. El miércoles 15 de enero, Marruecos logró rescatar con vida a solo 36 sobrevivientes.
La activista Helena Maleno, portavoz de la ONG Caminando Fronteras, lamentó en redes sociales que la embarcación estuvo 13 días a la deriva sin recibir ayuda, a pesar de que la organización había emitido la alerta seis días antes. Según las declaraciones de la ONG a ElDiario.es, se avisó a los países que comparten aguas de rescate, siguiendo el protocolo de desapariciones, pero no fue hasta este miércoles cuando se realizó el rescate.
Este naufragio es la segunda tragedia en la ruta canaria en 2025, luego de que el 1 de enero un cayuco llegara a Tenerife con 60 personas, dos de las cuales ya habían perdido la vida, uno de ellos aparentemente un menor de edad.
El año pasado, la ruta canaria se consolidó como la más mortal, con al menos 9.757 muertes documentadas entre personas que intentaban llegar a las Islas Canarias, muchas de ellas provenientes de países de África occidental. De este total, más de 1.500 víctimas fueron niños. Particularmente peligrosa es la travesía desde Mauritania, que el año pasado cobró la vida de 6.829 migrantes.
Caminando Fronteras ha señalado que el aumento del 62% en las muertes con respecto a 2023 se debe a la falta de socorro, la priorización del control migratorio sobre el derecho a la vida y la externalización de fronteras en países sin recursos adecuados.
El presidente de las Islas Canarias, Fernando Clavijo, expresó su preocupación tras la tragedia, instando a que «el Estado y Europa deben actuar» para frenar lo que calificó como un «cementerio de África» en el Atlántico. Además, el grupo de Podemos en el Europarlamento y la eurodiputada Irene Montero también condenaron la política de fronteras de la Unión Europea, cuestionando la discriminación racial en estos sucesos. El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, también mostró su consternación, calificando de «cruel» el hecho de que tantas personas hayan perdido la vida en su búsqueda de un futuro mejor.
Esta tragedia subraya una vez más la necesidad urgente de abordar el drama humanitario que enfrentan los migrantes que intentan cruzar el mar en busca de una vida mejor, mientras las políticas migratorias continúan siendo un tema de gran controversia y debate internacional.