La joven Kimberly Mejía Villatorom de 21 años, fue hallada en estado de descomposición y con un disparo en la cabeza en su apartamento del barrio Cienaguita, en Puerto Cortés, Honduras.
Kimberly era madre de un bebé de poco más de dos años de edad y fue debido a su llanto que los vecinos hallaron el cadáver.
Testigos dijeron que miraban salir del apartamento al niño y deambulaba solo en el patio, situación que les parecía extraña; pero se preocuparon hasta la noche del martes, cuando el pequeño comenzó a llorar sin parar.
Los vecinos se acercaron al pequeño, le dieron alimentos, agua y le cambiaron la ropa.
Al entrar al apartamento, hallaron el cadáver de la muchacha a la que no habían visto desde la noche del domingo.
“Según el dictamen del médico forense, Kimberly tenía una lesión en la región occipital (cabeza) producida por arma de fuego. La característica de la escena del crimen apunta a que el responsable del crimen pudo haber sido cercano a la víctima”, reveló la policía hondureña.
“De acuerdo con las características de la escena, todo indica a que sea un delito relacionado a la violencia en contra de la mujer (feminicidio)”, agregó el agente García, quien indicó que la joven tenía tres días de muerta la noche del martes que realizaron el reconocimiento del cadáver.