Un recién nacido murió luego de que le suministraran erróneamente óxido de nitrógeno (mejor conocido como gas de la risa) en vez de oxígeno en el hospital Bankstown-Lidcombe en la ciudad de Sydney en Australia.
Un segundo bebé se encuentra en condición delicada tras haberle suministrado el mismo gas.
Y es que un dispensador de oxido nitroso fue instalado erróneamente en la sala neonatal dicho centro asistencial, desde el mes de julio de 2015, y fue puesto como si tratase de una unidad de oxígeno.
El gas hilarante y el oxígeno son gases que no tienen olor ni color; aunque según los estándares de la compañía que los instaló los tanques de oxígeno son de color negro mientras que los del óxido nitroso son azules.
Mientras las autoridades ordenaron una investigación exhaustiva.