La migrante identificada como Idalia Herrera y su hijo de tan solo 2 añitos murieron ahogados en el peligroso río Bravo, frontera entre México y Estados Unidos.
La joven había permanecido junto a su pequeño en un campamento en Matamoros, México, hasta que la desesperación por reunirse con su esposo y sus otros dos hijos la llevó a tomar la fatal decisión de arriesgarse y lanzarse al agua.
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Iris Barahona, amiga de la migrante hondureña, relató que ella le aconsejó esperar, sin embargo, hizo caso omiso y siguió los consejos de su esposo, quien la animó a intentarlo.
«Estamos muy tristes. Hemos llorado porque la conocimos y la verdad es que no era lo mejor tirarse otra vez», expresó Barahona.