Una compensación de 60 millones de dólares, es lo que la madre de una bebé exige a Estados Unidos, luego que su niña de un año, muriera semanas después de ser liberada del centro de detención familiar más grande de “gringo-landia”.
La nena se enfermó de las vías respiratorias en el Centro Residencial Familiar de South Texas en Dilley, Texas, donde estuvo detenida junto a su madre, según los abogados de la joven.
Defensores de derechos se quejan desde hace tiempo de que la atención médica en Dilley es deficiente y que la salud mental de las familias se ve dañada por su detención.