El Sistema Nacional de Seguridad Pública de México reportó 2 mil 73 asesinatos registrados durante el mes pasado producto del avance desmedido del crimen organizado en distintas regiones del país. Es la cifra más alta desde que la administración comenzó a medir los homicidios dolosos, en el mes de enero de 2014.
Dieciséis estados mexicanos registraron un alza de homicidios durante el mes de julio por encima de otros meses según el registro de los últimos tres años.
El aumento exponencial de la violencia durante el gobierno de Enrique Peña Nieto es preocupante y ya en el mes de mayo de este año se alcanzó una cifra de 1.895 homicidios.
México suma 12.376 homicidios tan sólo en los primeros siete meses del año, un aumento de casi el 16% comparado al mismo periodo del 2015 basado en los expedientes iniciados en los distintos ministerios públicos locales.
Los estados donde aumentó la criminalidad son Baja California, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Tamaulipas y Veracruz. En Baja California por ejemplo, centro de operaciones del Cártel de Tijuana, se superaron los 110 asesinatos.
Michoacán, al oeste de la capital, contó 187 asesinatos el mes pasado. Ese estado fue durante varios años campo de batalla de civiles que se levantaron en armas para luchar contra el narcotráfico en la región. El Gobierno enfocó sus esfuerzos en ese Estado y pensó haberlo pacificado, sin embargo las cifras indican lo contrario.
Otro ejemplo es el de Tamaulipas, que lleva meses sufriendo la pulverización de dos cárteles en mini organizaciones criminales, vivió en julio su mes más violento en lo que va del año con 106 víctimas, 31 más que en junio.
Se pueden encontrar números similares en el año 2011, bajo el gobierno de Felipe Calderón y su ofensiva efectuada contra los cárteles que controlan el narcotráfico. Aquel año quedó como el más sangriento de esa gestión, con 27.213 homicidios según las cifras relevadas por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística.