Dos incendios forestales de grandes proporciones se fusionaron cerca de la frontera entre los estados de Nueva Gales Sur y Victoria, Australia, generando un megaincendio que abarca más de 600.000 hectáreas al sur de las montañas nevadas.
Esto ha sido provocado por severos vientos huracanados, por lo que las tareas de control y extinción del fuego se han visto dificultadas ante el calor seco y el viento cambiante.
Según indica el diario local The Sydney Morning Herald, las fuertes ráfagas de viento de las últimas horas han reanimado más de 100 focos, y sus llamas se extendieron hasta alcanzar la vegetación seca de la zona meridional de Nueva Gales del Sur.
En cuanto a los daños humanos, las autoridades federales australianas han dado a conocer acerca de 17 muertes y unas 28 personas desaparecidas a causa de los incendios, que han arrasado cerca de 5 millones de hectáreas y destruido alrededor de 1.400 viviendas.
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