Mason Wells se llama el joven mormón que ha sobrevivido a tres ataques terroristas. Parece mentira, pero es verdad.
A sus cortos 19 años ha estado presente en el atentado de Boston (2013), de París (2015) y, ahora, el de Bruselas.
Con una ruptura en el tendón en una pierna, heridas por una metralla y quemaduras de segundo y tercer grado son los rastros de lo que sus padres lo llaman como un «un milagro».
Para el atentado en la Maratón de Boston, el 15 de abril de 2013, Mason se encontraba con su padre a una cuadra de la línea de meta, esperando a su madre que estaba compitiendo en la carrera. La bomba explotó y se fueron de inmediato al hotel en donde se quedaban.
«Mason estaba muy calmado y compuesto» dijo Kymberly Wells, madre del joven mormón que recordó ese suceso.
Sin embargo, un segundo atentado viviría Mason Wells. Cuando estaba en París el pasado 13 de noviembre, su padre contó que él estuvo extremadamente cerca de donde ocurrió la explosión, lo que le provocó las quemaduras. «Es un milagro de Dios que esté vivo» dice Chad, su padre.
Pero fue en el atentado de Bruselas que lo llevó al hospital. Mason contó que se encontraba en la «zona cero», es decir en una zona cercana a la detonación, cuando la bomba explotó.
Junto a él se encontraba su compañero mormón, Joseph Empey, de 20 años quien también recibió quemaduras de segundo grado en sus manos, cara y cabeza.
Ahora Mason se encuentra en un hospital belga para sanarse completamente. «A pesar de haber estado en el suelo y sangrando, el sigue teniendo sentido del humor y ha mantenido la calma de la situación» contó su padre.