Siete personas murieron durante un tiroteo ocurrido este fin de semana en un pueblo que había sido literalmente secuestrado por un grupo de delincuentes que habían suspendido por completo los servicios médicos, educativos y del transporte público en el municipio mexicano Eduardo Neri, en el Estado de Guerrero.
El enfrentamiento armado ocurrió luego que unos tres mil policías comunitarios llegaron a la comunidad de Filo de Caballos para tomar el control de la zona luego que cientos de ciudadanos denunciaron la presencia de grupos fuertemente armados que sembraron el terror en toda la región.
Una vez que la fuerza voluntaria arribó al lugar fue recibida con una verdadera lluvia de balas, en un tiroteo que duró al menos cuatro horas y terminó con la muerte de siete delincuentes y cinco heridos más.
Además otras fuentes señalaron que el sector quedó inundado de casquillos de bala y además dos viviendas fueron incendiadas y varias resultaron con muchos impactos de bala en sus paredes.