A 120 se elevó la cifra de fallecidos producto de una explosión registrada este viernes en una mezquita chiita de la ciudad de Kunduz, al noreste de Afganistán.
El grupo yihadista Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP) reivindicó la autoría del atentado que dejó al menos 140 personas heridas, según varios medios locales.
Se trata de un atentado suicida y es el hecho más sangriento desde que las fuerzas estadounidenses abandonaron Afganistán después de 20 años de ocupación.
La explosión se produjo durante la oración de mediodía, la más concurrida de los viernes, día de descanso musulmán y los testigos describieron escenas atroces.