Geraldine Roman, la primera transexual electa al Congreso de Filipinas, dijo sentirse satisfecha por lo que calificó de su victoria contra la intolerancia.
«La política de la intolerancia, del odio y de la discriminación no ha sido la más fuerte. Ha triunfado la política del amor, la tolerancia y el respeto», declaró Geraldine, de 49 años y de religión católica, tras haber sido electa para la Cámara de Representantes por su provincia de Bataan, al noroeste de Manila.
«Dicen que somos frívolos y que no tenemos nada importante que decir y tengo que demostrarles que se equivocan», añadió Roman, electa en lugar de su madre, que no podría presentarse después de tres mandatos.
Geraldine, quien se convirtió en mujer en los años 1990, es miembro del Partido Liberal del presidente saliente Benigno Aquino y procede de una familia con mucho peso político en el país.
Su prioridad será defender los intereses de sus votantes y aplicar un programa social. Pero tiene la intención de apoyar un proyecto de ley contra las discriminaciones que lleva 16 años abandonado y movilizarse para legalizar la posibilidad de cambiar de sexo.
Tiene dos másters universitarios y habla tres idiomas europeos (español, francés e italiano).