Fidel Castro, en calidad de presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba, pronunció ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 12 de octubre de 1979 en Nueva York (EE.UU.) uno sus discursos más recordados.
Ante decenas de líderes mundiales, el líder cubano se dirigió a los Gobiernos del mundo hablando de democracia y paz y haciendo un claro énfasis en la desigualdad social. Con un discurso claro y modesto, Castro instó a las naciones a luchar por el derecho a la vida y la dignidad humana.
«La explotación de los países pobres por los países ricos debe cesar. Sé que en muchos países pobres hay también explotadores y explotados. Me dirijo a las naciones ricas para que contribuyan. Me dirijo a los países pobres para que distribuyan. ¡Basta ya de palabras! ¡Hacen falta hechos!«, fue una de las partes más aplaudidas.
«Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo», sigue siendo una declaración vigente.
Aquí les dejamos un fragmento: