Más de mil niños y adolescentes han muerto por COVID-19 desde marzo 2020 a la fecha en Brasil, según la Asociación de Pediatría de ese país.
En un inicio, se pensó que el virus afectaba únicamente a personas mayores y pacientes crónicos, pero se fue complicando la salud de jóvenes y niños que se exponían al virus.
Medios locales indican que el número sigue considerándose bajo en relación con la población general y en comparación con otras causas de fallecimiento: «antes de los cinco años, la mayor causa desencadenante es la malformación o los problemas relacionados con el nacimiento.