El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, expresó este viernes su condena a la ejecución de Kenneth Smith en Alabama, Estados Unidos, utilizando gas nitrógeno, un método que podría equipararse a la tortura y al trato degradante.
Esta ejecución generó preocupación internacional, dada la naturaleza del método empleado y su posible violación del derecho internacional.
Türk enfatizó que tanto la tortura como el trato degradante están prohibidos en el derecho internacional, específicamente en la Convención contra la Tortura, un tratado al que Estados Unidos es parte y reconoce.
Las circunstancias de la muerte de Smith, que al parecer duró hasta 25 minutos, un tiempo excepcionalmente largo para este tipo de procedimientos, y los signos evidentes de sufrimiento durante la ejecución, han alarmado a la comunidad internacional.
La portavoz Ravina Shamdasani destacó que esta es la primera vez que se utiliza gas nitrógeno para una ejecución en Estados Unidos, reemplazando las inyecciones letales, método tradicional en ese país durante el último medio siglo.
Shamdasani criticó fuertemente la búsqueda de nuevos métodos para ejecutar a las personas y abogó por la abolición de la pena de muerte, calificándola como un anacronismo inapropiado para el siglo XXI.
Además, señaló que no hay pruebas de que la pena capital disuada el crimen. Por el contrario, abundan evidencias de errores judiciales y una aplicación discriminatoria de esta pena.
Según Shamdasani, la pena de muerte se aplica desproporcionadamente contra personas pertenecientes a minorías y en situación de pobreza.
Smith fue condenado a muerte por el asesinato de una mujer en 1988. Aunque inicialmente recibió una condena de cadena perpetua, un juez posteriormente cambió su sentencia a la pena de muerte.
¿Qué es el gas nitrógeno?
El gas nitrógeno, químicamente conocido como N2, es un gas inerte, incoloro e insípido que compone aproximadamente el 78% de la atmósfera terrestre.
El uso de gas nitrógeno para ejecuciones mortales se basa en el principio de inducir hipoxia, una condición en la que el cuerpo es privado de oxígeno.
Al inhalar un ambiente lleno de gas nitrógeno, se reduce el oxígeno disponible, lo que puede conducir rápidamente a la pérdida de conciencia y, eventualmente, a la muerte, debido a la falta de oxígeno necesario para las funciones vitales del cuerpo.
Hasta la fecha, varios estados de Estados Unidos han aprobado leyes que permiten el uso de gas nitrógeno para ejecuciones.
La introducción del gas nitrógeno en las ejecuciones también ha generado debates éticos y legales. Los críticos argumentan que su uso podría violar las normas internacionales de derechos humanos, especialmente en relación con la prohibición de la tortura y el trato o castigo cruel, inhumano o degradante.
Además, existen preocupaciones sobre la posibilidad de sufrimiento prolongado o dolor en caso de que la ejecución no se realice correctamente.