Cada año, los días 1 y 2 de noviembre los mexicanos colocan altares de muertos con flores y alimentos, recordando a sus seres queridos que ya han partido al más allá.
Los elementos que suelen ubicar en los altares de sus deudos deben incluir veladoras, sal, incienso, calaveritas de azúcar, el tradicional pan de muerto que se cree está hecho de cenizas de fallecidos, pero en realidad es un pan normal cubierto con hoja de maíz seca con azúcar morena que simula ser negro.
Además, suelen incluir en los altares los platillos favoritos de los familiares que ya partieron, fotografías suyas, en algunas ocasiones objetos personales e incluso elementos como cigarros o algún licor. En el caso de los niños, se colocan dulces o algún juguete.
El Festival de Tradiciones de Vida y Muerte es una celebración que se realiza desde las antiguas civilizaciones en México. La tradición ha permanecido desde entonces como una forma de contribuir a la preservación de las tradiciones del Día de Muertos, que desde el 2003 son Patrimonio Cultural de la Humanidad.