Una mujer de apellido Méndez murió el pasado 31 de octubre, al sufrir un infarto, cuando le realizaban una liposucción en una clínica privada, de Costa Rica.
Al parecer, no contaban con anestesiólogo y la doctora que la iba a operar, fue quien la sedó, esa es la versión de familiares y amigos de la víctima.
En los últimos años han predominado las clínicas “estéticas” que ofrecen “combos” y prometen cuerpos esculturales, sin estar acreditados para realizar este tipo de procedimientos.
Otro de los problemas es que muchos médicos ticos, enfermeros y técnicos duermen a los pacientes con tal de no pagar los honorarios de un especialista en Anestesiología, lo que representa un gran riesgo.
En Costa Rica hay 162 anestesiólogos inscritos ante la Asociación y los precios de sus honorarios varían, por lo que las autoridades realizan investigaciones sobre las muertes.