El presidente Barack Obama aseguró hoy que no existen pruebas claras para afirmar que la matanza perpetrada este domingo en Orlando (Florida) estuviera «dirigida» por extremistas ni que formara parte de un plan terrorista de mayor escala.
Así lo dijo el mandatario tras reunirse con su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca para conocer los últimos avances de la masacre, en la que fallecieron 50 personas. Y agregó que el atacante, Omar Mateen, había estado «inspirado en variada información extremista que fue difundida por internet».
«No fue instruido externamente. Él anunció su alianza al ISIS, pero no hay indicación de que estuvo dirigido por el ISIS. No hay indicios de que hubo una conspiración mayor. Parece ser similar a lo que ocurrió en San Bernardino».
Además, el jefe de Estado volvió a arremeter contra el negocio de la venta de armas en su país e hizo referencia a lo simple que es comprar un rifle en cualquier negocio: «Es muy fácil conseguir armas poderosas».
Asimismo, Obama hizo referencia a posibles individuos radicalizados: «Si tenemos individuos radicalizados en el país, va a ser muy difícil individualizarlos. Por eso debemos prevenir esto. Hasta ahora, se la hemos hecho muy fácil a estos violentos, porque estamos dejando en sus manos armas demasiado poderosas, demasiado violentas».
El presidente de EE.UU. hizo estas declaraciones a la prensa tras reunirse hoy a puerta cerrada en la Casa Blanca con su equipo de seguridad nacional e inteligencia para recibir los últimos detalles de la matanza en una discoteca gay de Orlando, calificada por el mandatario como «un acto de terror y odio».
Del encuentro participaron, entre otros, el vicepresidente de EE.UU., Joseph Biden; el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), James Comey, y el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson.
La masacre es el tiroteo masivo más letal de la historia reciente de EE.UU.