Veintisiete miembros de la Guardia de la Revolución Islámica murieron y decenas resultaron heridos por un ataque suicida perpetrado en la provincia de Sistán y Baluchistán, en el suroeste de Irán.
Un hombre que llevaba varias bombas en su cuerpo se inmoló cerca de un microbús que transportaba a los guardias.
El grupo terrorista Jaish ul-Adl se atribuyó el atentado a través de un mensaje divulgado en redes sociales.