Como una persona «extraña e inadaptada» calificaron varios excompañeros de colegio a Devin Patrick Kelley, al autor de la masacre en una iglesia bautista de Texas que mató a 26 personas e hirió a otras 20 este domingo.
Esto es solo el principio del perfil de un sujeto tan incongruente que decía no creer en Dios pero que daba clases bíblicas a niños, según su perfil de LinkedIn.
Kelley, de 26 años, siempre fue considerado como alguien «marginado», «loco» y «raro» debido a que desde temprana edad se declaró ateo e insultaba a sus compañeros que eran creyentes.
«Siempre estaba hablando de cómo las personas que creen en Dios somos estúpidas y trataba de predicarnos su ateísmo», relató Nina Rose Nava al Daily Mail. A pesar de estas opiniones, ninguno de sus conocidos se imaginó que el hombre fuese capaz de cometer un crimen tan atroz.
En el año 2010 se enlistó en el Ejército para servir en como aviador de preparación logística en la Base de la Fuerza Aérea Holloman en Nuevo México.
Luego en el 2012, Kelley fue enjuiciado en una corte marcial y fue sentenciado a pasar un año en prisión por violencia contra su esposa e hijo dijo la vocera de la fuerza aérea Ann Stefanek al Washington Post El sujeto recibió la baja deshonrosa por mala conducta en 2014 y fue despedido de la institución.
En agosto de ese mismo año recibió cargos federales por crueldad animal en el condado de El Paso donde vivió algún tiempo.
Luego se mudó a una propiedad de sus padres localizada en New Braunfels, Texas, a aproximadamente 35 millas al norte de Suoutherland Springs donde ocurrió la masacre. Allí vivía en un granero junto a su esposa y un hijo de 2 años.