En el norte del estado el incendio Camp Fire ha consumido 70,000 acres, destruido 2,000 estructuras y ya ha provocado seis víctimas mortales. Entre tanto, el fuego Woosley, en el sur, se extiende peligrosamente desde el condado de Ventura hasta el de Los Ángeles, amenazando más de 75,000 viviendas. Los fuertes vientos de Santa Ana empeoran la situación de emergencia.
LOS ÁNGELES, California.– El condado de Ventura, en el sur de California, vivía este jueves uno de sus peores días por el tiroteo en un bar que acabó con la vida de 12 personas (incluyendo un oficial del Sheriff) y cuando las autoridades pensaron que no podía ir peor, iniciaron dos incendios forestales. Las llamas de uno de estos, bautizado como Woolsey, se avivaron con los fuertes vientos y ahora amenazan unas 75,000 viviendas, se extendieron hasta el condado de Los Ángeles y han provocado la evacuación masiva de miles de personas.
Pero este no es el único punto, ni el más afectado por los voraces incendios que se propagan sin control en el estado. En el norte, en el condado Butte, el Camp Fire está arrasando con todo a su paso. Hasta este viernes ha consumido 70,000 acres de terreno y solo ha podido ser contenido en un 5%. Aunque pone en peligro zonas menos pobladas (unos 15,000 hogares), los bomberos ya reportan al menos 2,000 estructuras destruidas y seis fallecidos.