La actividad del volcán Turrialba mantiene hoy en alerta a expertos y costarricenses en general, al tiempo que sus cenizas elevan los daños a fuentes de agua potable, cultivos y ganado de los alrededores.
Aunque el coloso amaneció con una columna blanca de vapor de agua, no se descartan nuevas emanaciones de cenizas y otros gases, por lo que permanecen las medidas adoptadas por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) desde hace unos 10 días cuando el Turrialba incrementó su actividad.
De esa forma, el Ministerio de Educación Pública anunció que siguen suspendidas las clases en centros educativos de las comunidades El Volcán, La Reunión, Sitios Las Abras, Las Virtudes y La Pastora, así como la decisión de la CNE de extender la alerta amarilla de dos a cinco kilómetros alrededor del coloso.
Las exhalaciones de ceniza, gases y otras materiales de la última semana han dañado los cultivos de papa, zanahoria y col (repollo), entre otros, así como afectado a unos 11 mil vacunos de los poblados aledaños al coloso, por la zona sur, nunca antes alcanzadas por erupciones del cerro.
Los expertos llaman además a los pobladores a estar atentos al comportamiento del volcán, cuyas exhalaciones -sostienen- aún son freáticas, es decir, que no contienen magma.
Precisamente, la CNE tuvo que emitir este domingo un comunicado para desmentir comentarios y mensajes distribuidos por las redes sociales que aseguraban que el Turrialba presentaba exhalaciones de lava.
La entidad insta «a la población a no atender este tipo de mensajes, generados por personas inescrupulosas, que provoca intranquilidad y pánico en la población. También pedimos evitar la distribución de los mensajes en las redes sociales».
Asimismo, apunta que expertos de la CNE, del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo y de los organismos científico-técnicos informan a la población sobre el comportamiento del volcán y de todas las acciones operativas que se realizan en la zona, en virtud de la actividad del Turrialba.
Tras más de 130 años pasivo, el Turrialba despertó el 5 de enero de 2010, con varias erupciones de consideración en los últimos años, como la del 12 de marzo de 2015, que obligó a suspender el tráfico aéreo en esta capital.