Al menos siete muertos y otras 76 personas heridas tras los enfrentamientos registrados este viernes entre los manifestantes y agentes de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Nasiriyah, provincia de Dhi Qar (sur), Irak.
La policía arrojó gases lacrimógenos, usó cañones de humo y agua para dispersar la concentración, en el marco de la crisis que vive la nación desde el pasado mes de octubre.
Los asistentes a las manifestaciones reiteran su demanda por una lucha verdadera contra la corrupción, el desempleo y exigen que sean garantizados los servicios básicos para las poblaciones.
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