Al menos veintiún personas murieron en el noroeste de Nigeria luego de la apertura de una represa, sin previo aviso, la cual destruyó por completo 300 comunidades ubicadas en el curso del río Hadejia.
Los niveles de agua en la represa de Tiga habían subido demasiado debido a las fuertes lluvias que habían caído en la región por lo que sus administradores decidieron abrir sus compuertas, en horas de la noche, sin avisarle previamente a los pobladores.
La Agencia Meteorológica de Nigeria (NIMET) acostumbra a alertar a la población nigeriana antes de abrir las presas para que las autoridades puedan tomar las medidas necesarias pero esta vez no se notificó y los servicios de emergencia no pudieron prepararse.
No solamente se perdieron vidas humanas sino también sus humildes viviendas y sus cultivos. Nigeria se encuentra actualmente en invierno, una época que provoca el aumento de los caudales de varios ríos causando graves inundaciones.