A sus 54 años, Iván Cuadra sigue conquistando corazones con su pasión por la música matancera. En una visita realizada este miércoles a Tu Nueva Radio Ya, compartió detalles sobre sus próximas presentaciones y aspectos íntimos de su vida personal y profesional.
El llamado Caballero Matancero se presentará este sábado las 7:30 de la noche, en el restaurante Típicos Pinoleros, ubicado frente a la estatua del Barrio Monseñor Lezcano, acompañado por la talentosa Ericka Seijas.
Además, el 28 de octubre rendirá homenaje a la legendaria Celia Cruz en el Teatro Nacional Rubén Darío con un costo de entrada de 250 córdobas.
Más allá del escenario, Iván Cuadra es un hombre multifacético. Es ingeniero civil, culminó la carrera de Derecho, aunque nunca ha estado en un juicio y estudió Administración de Empresas.
Actualmente cursa una maestría en Formulación y Evaluación de Proyectos Tecnológicos. Es padre de dos hijos profesionales, fruto de su amor con su esposa Carla Alejo, con quien comparte más de 20 años de vida en pareja.
En el ámbito laboral, se desempeña como consultor del FOMAV y dirige su propia empresa consultora.
Su vínculo con la música nació a los 8 años, influenciado por su madre, quien trabajaba en la redacción y edición de la revista El Cancionero Popular, que circulaba en toda Centroamérica bajo la dirección de Julio Orozco.
Fue en ese entorno donde Iván aprendió a cantar.
Tras el fallecimiento de su madre, le dedicó un emotivo concierto con seis temas que incluyeron sonoras y baladas. Figuras como el maestro Ramón Rodríguez, el diputado José Figueroa y Edwin Castro reconocieron su potencial artístico.
Iván Cuadra desea ser recordado como La Voz Matancera de Nicaragua, un promotor incansable de este género musical de origen cubano que él mantiene vivo con orgullo nicaragüense.
Se siente profundamente satisfecho cuando la gente, en todos los departamentos del país, se acerca para tomarse una fotografía con él.
Iván Cuadra, es un ícono de la música matancera que sigue escribiendo su historia con cada nota, cada escenario y cada corazón que toca.